jueves, 13 de octubre de 2016

Alimentación Emocional

Sí, hay una relación entre las Emociones que sentimos y cómo nos Alimentamos.

Una emoción enconada, que no sabemos manejar, o un estado de ansiedad, incluso el aburrimiento, nos pueden llevar a comer de forma compulsiva y poco meditada, aunque verdaderamente no tengamos hambre.

Buscamos regular lo que sentimos, por medio de la comida.

Necesitamos masticar, la sensación de tragar nos calma. Y no comer cualquier cosa, no escogemos una fresca ensalada o unas saludables legumbres, generalmente nos decantamos por grasas, hidratos de carbono y azúcar, mucha azúcar. Que sí, momentáneamente nos harán sentir mejor, pero será un flaco favor para nuestra salud y acarreará un sentimiento de culpa.

Diferencias con el hambre física.

Vamos a sentir aparecer el hambre de forma más paulatina, escogeremos el alimento de forma meditada, lo tomaremos de forma consciente hasta que nos saciemos y no tendremos sentimiento de culpa.

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